Memoria de Letonia

por Arón Porzecanski (1909-2003)

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Yo nací en 1909 en la ciudad de Libava, provincia de Curlandia en Rusia (zarista). Éramos siete hermanos: 3 mujeres Ana, Berta y Frida, y 4 varones Bernardo, Aron, Abram y Nachman. Tal como los nombré son también sus edades, los mayores y luego siguen siempre por edad los varones. Mis padres eran judíos tradicionales pero no muy religiosos. Mi padre se llamaba Kusiel (que viene del nombre hebreo Yekutiel) y mi mamá se llamaba Lina. Mi madre era huérfana, perdió de muy joven a sus padres y fue criada por mi tío y también por su hermano mayor Alter Halpern que era un hombre muy culto en Talmud y tenía una posición económica buena y estaba casado con una prima y tenía 5 hijos. Además mi madre tenía 2 hermanos más, Itzik y León Halpern. Ambos eran muy estudiosos y cultos tanto en Talmud como en ruso. León Halpern tomó parte como soldado en la guerra del año 1905 entre Japón y Rusia y también fue soldado en la primera guerra mundial 1914 a 1918 como soldado ruso y fue prisionero de guerra en Alemania. Allí supo aprender bien el idioma alemán que le sirvió luego cuando muchos años después llegó a Montevideo. Mi madre también tenia una hermana mayor, se llamaba Scheine Rochel (de Raquel) pero ella vivía en Lituania, era casada y tenía 6 hijos, era viuda. Toda esta familia de mi tia Scheine-Rochel llegó en 1926 a Montevideo. De parte de mi padre yo recuerdo haber visto a mi abuelo que vino a visitarnos a Libava. Yo debo haber tenido 6 o 7 años, vi a un hombre delgado con una barba blanca pero lamentablemente no recuerdo haber hablado con él palabra alguna. Mi abuela paterna se llamaba Tamara, yo nunca la vi.

Mis abuelos paternos vivían en Simne, una pequeña ciudad en Lituania. Mi abuelo tenia chacra y también un despacho de bebidas. Mi padre era también oriundo de Simne y para poder casarse con mi madre tuvo que conseguir documentos que justificaban que él tenía la profesión de panadero, pues en la provincia de Curlandia no se permitía radicarse a judíos de otras provincias. Mi padre sabía muy bien el idioma ruso y naturalmente los judíos de allí todos hablábamos yidish y había diarios en yidish. Mi padre era un ferviente partidario de dar buena educación a sus hijos y también fomentaba e insistía para que alguno de los hijos estudiara música. A tal fin teníamos en casa un gran piano y mi hermana Frida estudió varios años y tocaba lindas canciones judías los viernes de noche. A mi hermano Bernardo mi padre le compró un violín y le hizo estudiarlo también algún tiempo. En la época que yo nací era muy difícil estudiar en los liceos oficiales para judíos. Existía una disposición llamada “numerus clausus”, esto consistía en que sólo podía entrar al liceo un alumno judío si había nueve alumnos cristianos. Es decir sólo un 10% del alumnado en los liceos podía ser de origen judío. En las facultades era el asunto aún peor. Muchos judíos que querían terminar una carrera universitaria se convertían a la fe cristiana y así podían entrar en las facultades y estudiar. Naturalmente que una vez obtenido el título volvían a la colectividad.

La provincia de Curlandia tenía muchos terratenientes alemanes y también en la ciudad de Libava cerca de nuestra casa había una fábrica muy importante de productos de hierro que pertenecía a Becker & Co., sin duda de origen alemán. Esta fabrica empleaba aproximadamente mil obreros. Utilizaba chatarra de hierro que fundían y con el nuevo material producían: clavos, palas, ejes para carros, todo tipo de alambre y muchas cosas mas que no recuerdo ya. Yo tuve oportunidad de visitar toda la fábrica con los alumnos de la escuela. Por todo el vecindario se veían las llamas de los hornos de fundición. Nuestra ciudad Libava era muy linda ya que estaba rodeada por el mar Báltico, teníamos una playa que se extendía hasta Alemania. Tengan en cuenta que yo hablo de fronteras y hechos que sucedieron antes del año 1914. Luego de la 1era guerra mundial 1914-1918 naturalmente todo cambió. Vuelvo ahora sobre Libava. Teníamos en la playa edificadas casas con cuartos y todo lo que es necesario para los bañistas. Pero el agua era bastante fría, nos bañábamos con agua de 14 a 16 grados. La temperatura ambiente en el verano llegaba de 23 a 25 grados y en el invierno mucha nieve y temperaturas de hasta 20 a 23 grados bajo cero. También había un edificio donde se podían tomar baños de mar calientes. Pero en aquel entonces todos éramos jóvenes y nos pasábamos en las vacaciones 5 o 6 horas en la playa al sol porque el sol no calentaba como lo hace aquí en Montevideo. A la playa principal se llegaba por una avenida arbolada con preciosas villas por todos lados. También teníamos tranvías eléctricos que recorrían toda la ciudad.

Libava además era muy importante porque tenía un puerto comercial, otro puerto que cargaba madera que llegaba desde el interior de Rusia, y finalmente otro puerto militar que no se podía visitar. Nuestra ciudad estaba dividida por el puerto comercial, nosotros vivíamos cerca de la estación del ferrocarril. La parte antes de llegar al puerto que tenía un puente se llamaba ciudad nueva. Eran unos barrios modestos y donde vivían muchos obreros y empleados. Pasando el puente sobre el puerto era Libava vieja. Tenía lindas calles y muchos negocios de todo tipo. Creo que la población de Libava llegaba a aprox. 150.000 habitantes. En Libava no había facultades, solo teníamos liceos y un instituto técnico, pero no recuerdo que enseñaban en este instituto. La ciudad más importante era Riga, allí tenían que viajar los estudiantes para poder concurrir a las facultades. Mis padres y también mis tíos Itzik y León Halpern tenían almacén de comestibles cada uno por su cuenta pero cerca, en el barrio donde existía la gran fábrica de hierro. Mis padres además del almacén tenían también panadería todo en el mismo edificio. Mis padres compraron un edificio de 3 pisos de apartamentos modestos como para los trabajadores de la fábrica. Para nuestra familia teníamos en la planta baja como 6 piezas y una gran cocina.

No recuerdo si por aquella época existían jardines de infantes, más bien podría asegurar que no habían. Entonces ¿cómo aprendían los chicos judíos? Se formaba un grupo de 10 chicos más o menos de la misma edad y se encargaba a una persona mayor con conocimiento de hebreo y del Pentateuco y este nos enseñaba en hebreo a rezar y estudiábamos el Pentateuco traduciéndolo verbalmente al yidish. Pero nuestro padre también deseaba que aprendiéramos el hebreo como idioma, para este fin teníamos otro maestro ya más preparado y culto. Es importante señalar que en Rusia, Polonia y otros países del este se enseñaba un hebreo ashkenazí que además difiere en la pronunciación según la región donde uno vive y es diferente al hebreo sefaradí que ahora se utiliza como idioma oficial en Israel. Creo que tengo que ampliar mis recuerdos sobre nuestra casa. Nosotros vivíamos un nivel de vida cómodo pero no lujoso. Lo importante era que todos estudiábamos en escuelas particulares que papa tenía que pagar. Además teníamos como ya dije una amplia casa. Para mis tres hermanas que eran mayores que nosotros los varones se destinó un escritorio y dormitorio. Además teníamos una linda y grande sala, con piano y muebles de roble y un armario donde papá tenía varias colecciones especialmente encuadernadas de libros talmúdicos y otros para rezar en las fiestas judías tradicionales. Quiero explicarles que la casa en invierno se calentaba por medio de estufas que estaban amuradas en las paredes intermedias. Es decir la estufa daba en ambas piezas. Eran estufas altas, desde el piso al techo de ladrillos pero por fuera decoradas con hermosos azulejos. Por ejemplo del comedor diario la estufa daba a la pieza donde yo dormía con mi hermano Bernardo. La leña se ponía del lado del comedor diario y el calor pasa para la otra pieza también.

El edificio donde vivíamos era una esquina, por la puerta de la esquina se entraba al almacén. Para entrar a nuestra casa particular se podía entrar también por el almacén pero además teníamos otra puerta particular de “categoría” por donde entraban visitas etc. Al cruzar la puerta había un ambiente chico donde se colgaban los sobretodos. Si bien en casa estaba calientito en la calle hacía frío y teníamos que salir bien abrigados en invierno. Con guantes, gorras y buenos sobretodos. Los edificios eran construidos de tal manera que dejaban un gran patio descubierto que servia para múltiples usos que voy a detallar. Los apartamentos no tenían cuartos de baño, había que bañarse en las cocinas, tampoco tenían W.C. Entonces cada inquilino tenía su W.C. en el patio, también le correspondía a cada inquilino un box donde podía guardar sus cosas pero principalmente leña para calentar su apartamento en invierno. La leña que papá usaba para la panadería también se apilaba en el patio. Teníamos en el patio una bomba de agua manual. No había agua corriente. Cuando el tiempo era benigno los chicos jugábamos en el patio. Mi madre tenía en el patio un establo donde teníamos una vaca lechera. Así que nosotros aprovechábamos de múltiples maneras el patio.

Todo cambió cuando Alemania invadió en 1914 a Rusia. Como en Libava teníamos el puerto militar más importante de Rusia los alemanes ocuparon Libava para así paralizar las fuerzas navales rusas. Toda la invasión de los alemanes a nuestra ciudad trajo múltiples cambios. Se crearon escuelas alemanas y yo, Bernardo y Frida fuimos a este liceo: Paul Conradi. Era un liceo pago pero por ser tres alumnos de la misma familia teníamos una rebaja. Todos los profesores eran alemanes y había una materia que se llamaba Religión. Cuando tocaba esta materia los alumnos judíos tenían su clase separado de los cristianos. El maestro que nos enseñaba a los judíos se llamaba Sr. Waldstein. Y el que enseñaba a los cristianos era un Pastor no católico. Tiempo después conocimos mejor a este Pastor que sabía hebreo, latín y era muy culto y liberal. También teníamos otros profesores que eran muy bien preparados. Recuerdo al de historia, se llamaba Sr. Speer. También era muy culto, sabia hebreo, griego, latín, etc. El “Paul Conradi” era escuela primaria y liceo (en alemán liceo se dice gymnasium). En el primer año de liceo se tenía que optar por estudiar latín o matemáticas. El latín era obligatorio saber para poder seguir la carrera de medicina o farmacia ya que los productos medicinales tenían nombres en latín. Quiero hacer notar que en aquel entonces no existían remedios preparados. El médico hacía una receta de los productos que había que integrar para el remedio. De manera que tanto el farmaceuta como el médico tenían que saber el latín. Mi hermano Bernardo que quería estudiar medicina tuvo que estudiar latín (clásicos). Yo en cambio que pensaba en ingeniería tenía más clases de matemática y también dibujo técnico. Mi hermana Frida en cambio estudiaba francés por ser la carrera humanista. El inglés ni figuraba como materia. Teníamos todos los estudios en idioma alemán y también figuraba el idioma ruso como materia obligatoria.

Desde que Alemania ocupaba nuestra ciudad su nombre fue Libau y se comenzó a hablar de los Estados Bálticos. Bajo la ocupación alemana no lo pasábamos muy mal. Había escasez de alguna comida. Pero estos alemanes no eran racistas anti-judíos – se portaban amablemente con nosotros. Pero mi padre tuvo que ceder una pieza en nuestra casa particular para que la ocupara un teniente alemán. Frente a nuestra casa había un terreno y en él bajo las órdenes de éste teniente había un grupo de soldados alemanes que una vez por día hacían ejercicios militares. En general existía una razonablemente buena relación entre los alemanes y la población civil. En la época que todavía no habíamos sido ocupados, es decir antes de 1914, quiero aquí hacer algunas anotaciones. El ferrocarril que salía de Libava iba al interior de Rusia llegaba a una ciudad de nombre Romsk. éste tren llevaba y traía mercadería y pasajeros desde cerca de Siberia. Y nuestra ciudad era la estación final. Por lo tanto había en Libava grandes talleres para el arreglo de locomotoras etc. De manera que nosotros teníamos una clientela en el almacén y panadería de obreros y empleados tanto de la fábrica de hierro como de los del ferrocarril y que nos permitía vivir razonablemente bien. Al ser ocupados en 1914 por los alemanes se cortaron los viajes del tren y se paró el trabajo en la fábrica metalúrgica. Todo esto perjudicó mucho a nuestra familia económicamente. De los anos 1914 a 1918 recuerdo sólo que hubo bombardeos cerca de nuestra casa. En estos casos todos los habitantes de nuestro edificio y otros vecinos venían a nuestra casa y nos resguardábamos en la panadería que era en el sótano muy sólido. Por suerte, ninguna bomba cayó en nuestra casa.

Cuando la guerra terminó en 1918 fueron creados por los vencedores de la guerra que eran Francia, Rusia, Inglaterra y EE.UU. tres países bálticos: Estonia, Lituania y Letonia. Además en 1917 en la Rusia del Zar Nicolás II estalló la revolución comunista y mataron a muchos rusos, entre ellos al Zar y toda su familia. Letonia que tiene su propio idioma se llama ahora Latvia y nuestra ciudad de Libau se llama Liepaja (la “j” se pronuncia como “y”). La capital de Latvia es Riga. Pero los letones no eran muy simpatizantes de los judíos. En Liepaja había una linda y culta comunidad judía. Muchos médicos, dentistas y abogados y también importantes comerciantes. A partir de la creación de la Republica de Latvia a fines de 1918 tuvimos que estudiar además del alemán y ruso también el idioma letón. Para los alumnos que querían ingresar en alguna facultad les exigían un examen de éste idioma. El idioma letón no tiene ningún parentesco ni con el ruso ni con idiomas anglo-sajones. La república de Latvia tiene aprox. 64.000 km² y una población de aprox. 2.000.000 de habitantes en 1918. Como ya dije antes la situación económica de nuestra familia estaba empeorando y con la llegada del gobierno letón se estaba decayendo cada vez más. A mi papá le era difícil seguir pagando los estudios de los hijos y se estaba endeudando. Naturalmente siempre tenía su negocio y el edificio de apartamentos pero era muy difícil encontrar un comprador.

En el ínterin falleció mi tío Alter Halpern y mi tío León Halpern vivía en Kovno (capital de Lituania) y por asuntos políticos tuvo que alejarse de allí urgentemente. Así que apareció en Liepaja por el año 1923 y toda la familia tratamos de ayudarle para que pudiera ausentarse a otro país. Después de aconsejarse eligió Uruguay. A Norteamérica no dejaban entrar. Al año más o menos nos hizo saber que en el Uruguay los estudios de cualquier tipo eran gratuitos. Así que mi padre aconsejó a mi hermano Bernardo, que ya había hecho bachillerato, que vaya a Montevideo donde vivía mi tío León con su señora, para poder seguir estudiando Medicina. Pero unos años antes había llegado de Lituania nuestro primo León Konichetzky que tampoco podía ganarse su sustento en Lituania. Así que trabajó algunos años con el tío Alter. Pero al fallecer éste y haberse deteriorado la situación económica en toda Latvia también él decidió irse al Uruguay con Bernardo. Ambos tenían en 1925 casi 19 años. Al llegar a Montevideo León K. y Bernardo se alojaron en la casa del tío León Halpern. Naturalmente no sabían el idioma castellano y León K. se puso a vender baratijas en las calles y Bernardo encontró trabajo con un vidriero que arreglaba claraboyas. Por aquel entonces las casas tenían una pieza central, la llamaban patio, tipo living, con techo de vidrio (claraboya). Este techo era movible, se corría para un costado y en el verano dejaba entrar aire. Estos vidrios naturalmente se rompían frecuentemente y éste era el trabajo que hacía Bernardo, arreglar los vidrios que se rompían. Así que la luz en la casa entraba por dicha claraboya porque las demás piezas no tenían ventanas, solamente sus puertas tenían vidrio y la luz entraba desde la claraboya.

Por 1924 o 1925 mi hermana mayor Ana se casó con un sastre de señoras, se llamaba así porque hacía sólo tapados o trajes sastre para damas, de medida exclusivamente. El apellido del marido de Ana era Abram Bauman, tenía una madre viuda y una hermana. Económicamente se defendían bien. Habiéndose afincado bastante bien Bernardo en Montevideo mis padres comenzaron a planificar para que el resto de nuestra familia vaya también al Uruguay. Pero Bernardo me escribió que dejara el liceo y que vaya a aprender algún oficio, lo que me facilitaría a encontrar trabajo en Montevideo. En aquel entonces se había justo organizado en Liepaja una Escuela ORT que era naturalmente apoyada por la ORT Mundial para enseñar a jóvenes judíos algún oficio. Nuestra escuela enseñaba carpintería, tornería, mecánica y herrería. Había clases prácticas para aprender el oficio y además teníamos clases teóricas donde enseñaban dibujo, matemática, etc. Como yo tenía conocimientos teóricos más que suficientes me dediqué de lleno a aprender el trabajo manual. Así aprendí algo de herrería, tornería y mecánica manual.

El problema de mis padres era vender la casa de aptos. y el negocio juntos. Se demoró bastante pero por suerte apareció un letón (no judío) que estuvo como 20 años en Brasil y a la vejez quería volver a vivir en Latvia ya que era su lugar de nacimiento. Este fue el hombre que nos compró todo y así pudimos emprender viaje hacia el Uruguay. De Liepaja viajamos por tren hasta Hamburgo y luego en el barco “Würtenberg” a Montevideo. La primer noche en el barco yo oía ruidos de platos rotos, de muebles que se movían y mucho movimiento. A la otra mañana nos informaron que una tormenta había arrancado un ancla y tuvimos que volver al puerto de Hamburgo para reparar los destrozos. Después el viaje fue placentero. Viajaban judíos de diferente orígenes pero mayormente de Lituania, Polonia, etc. También viajaban muchos españoles. Por primera vez vi en el barco tomar a algunos españoles mate en bombilla y no supe explicarme qué era. Nosotros salimos a principio de noviembre 1926 de Hamburgo y llegamos creo el 26 de nov. de 1926 a Montevideo.